La palabra “resiliencia” ha estado resonando fuertemente en los últimos tiempos, apareciendo en libros, artículos y medios de comunicación. Seguro que te resulta familiar este término.

Para adentrarnos en este tema, comencemos analizando la etimología del término. Según la RAE, “resiliencia” proviene del inglés “resilience”, y este a su vez deriva del latín “resiliens”. Fue utilizado inicialmente en el contexto de la Resiliencia Ambiental, entendida como la capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando cesa la perturbación a la que había sido sometido, es decir, la resistencia de aquellos materiales que se doblan sin romperse.

En el ámbito humano, la resiliencia es la capacidad de adaptación frente a agentes perturbadores o situaciones adversas.La resiliencia es sinónimo de resistencia. 

El Dúo Dinámico lo expresa muy bien en su canción “Resistiré”: “Cuando sienta miedo del silencio Cuando cueste mantenerse en pie Cuando se rebelen los recuerdos Y me pongan contra la pared Resistiré, erguido frente a todo Me volveré de hierro para endurecer la piel Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte Soy como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie…”

Los juncos resisten la fuerza del viento y, a veces, es esa misma resistencia la que los hace florecer, al igual que una persona resiliente que florece ante las adversidades.

La resiliencia es la capacidad que tenemos de recuperarnos ante situaciones de estrés prolongado y fuerte, como la pérdida de un ser querido, el sufrimiento de abusos psicológicos o físicos, o un cambio de país. Es como resistimos los embates de la vida y logramos transformar algo traumático en algo positivo.

Quienes me conocen podrían decir que soy el vivo ejemplo de resiliencia, una experta en transformar obstáculos en oportunidades. Pero hoy no voy a hablar de mi. 

 La resiliencia es una habilidad que se desarrolla. Por ello en este artículo, proporcionaré pautas para ello.

Todos tenemos la capacidad de cambiar una situación que inicialmente nos resulta insoportablemente dolorosa, así como de aprender y salir fortalecidos de ella. Se puede educar en la resiliencia, y al hacerlo, estaremos mejor preparados para superar los obstáculos que encontraremos en la vida.

Sabemos que la felicidad no es producto del azar o la buena suerte. En muchos casos, la felicidad es una decisión personal.

Características de una persona resiliente:

– Comprensión

– Optimismo

– Buen humor

– Aceptación de uno mismo

– Destreza en la comunicación

– Resolución de problemas

– Liderazgo

 Las herramientas que nos ayudarán en la lucha contra lo traumático son:

¿Cómo incorporar la Resiliencia según la Psicología?Consejos de la American Psychological Association?

”La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar”, así la definió Tom Hanks en su papel de la película Forrest Gump. Nos recuerda algo que ya sabemos: No podemos prever las circunstancias que influirán en nuestros planes.En la vida suceden cosas increíbles, buenas, malas e interesantes. Eventos que marcan un antes y un después. Hay de todo, como en una caja de bombones: de chocolate negro, blanco, amargo, rellenos de licor.

La vida hay que disfrutarla; nadie tiene una caja de bombones donde todos sean dulces, al igual que nadie tiene una donde todos sean amargos. Así es la vida, alternamos buenos y malos momentos, y en nuestras manos está cómo afrontar dichos momentos.

Ser resilientes nos ayuda a ser felices. 

¿Emprendamos este viaje?

Autora:  Hebe Casarotto Bullones

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